Sólo los ignorantes se ríen de la ignorancia.
Tenía la piel azul, y el corazón en un puño,
Y dos ojos ataviados con lucerillos de luto.
La llamaba pescadora.
Suspendida entre las aguas,
Inocente, pura y dura, con su piel azul
Su cara
Daba pena o daba rabia.
Algo tan hermoso no puede quedarse en nada.
Ni desperdiciar su aroma de flor, primavera y agua.
Aire que entre mis dedos fluye,
Besos que saben latín, diosa cuando te mira,
Risa de oro y de jazmín.
Triste amante de mis ojos,
¿Quién te ha dibujado así?
Con la sonrisa de luto
La piel azul, rosa y marfil.
Posted in poesia
Ayer vi a la última mosca del invierno, y hoy a la primera de la primavera.
Posted in Filosofía, microrelatos
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