Se llama armonía
Eso que nos faltaba
Entre tus lágrimas y mi ironía
Harto ya de tanta duda
Tú sobrevivías
Y yo me arrepiento y peno
Con un ruido lastimero
Un clavo ardiendo
Un pararrayos ciego
Clamó mi voz al cielo:
¡Miedo!
Tengo miedo, temblor escalofríos un enjambre roto de deseo
Corazón muerto, agrietado sangrando en el núcleo de mi pecho.
Oh sí, ¡prefiero el dolor contigo al ostracismo de ti!
Cabeza calla
Dedos, escribid
Soy poeta
Sufro y este es mi fruto
Mi amor por ti está loco, aterrado y medio tuerto
¿Dónde está mi niño?
Dónde está tu pelo?
Y la saliva
Y el sudor
Y la hermosura de la lucha
Vientre pecho ojos espadas
Íbamos a comernos el mundo
Pero no tenías soldados contra mis dudas.
Ahora lo que siento
-Si escribo exacto lo que siento-
Es un ahogo, un dolor en el pecho
Anhelo, ansiedad, culpa
Como una hemorragia de duelo
MUERTA LA ESPERANZA calle el viento
Agosta las golondrinas
Destroza las nubes
Muera el mundo
Matad a Dios
Y de una vez por todas
Podéis permitiros, amigos
Buscar la más delicada
La más pura flor.
La quiero silvestre
Y digna
Quiero una de esas sagradas
De las que crecen en las esquinas asfaltadas.
Una flor descarada
Una de esas que cantan en solemne homenaje a la esperanza.
Una que te paras a mirarla
Una que no hay mano humana capaz de arrancarla,
Y cuando la encontréis amigos,
¡MATADLA!
Despacio, cruelmente, pétalo a pétalo
Destrozadla
¡Por qué él ya no me ama!
11 de julio de 2012, 9:36
¿y por qué matar a la flor?
11 de julio de 2012, 15:51
Dura.
18 de julio de 2012, 1:04
Dura, cruel, triste.
Poema que grita, llora, sufre.
Lágrimas de sangre derrama este poema.
Es algo que a todos los dignos de ser llamados poetas consiguen hacer alguna vez.
3 de agosto de 2012, 12:13
¿Alguna vez Beth? :) sería un honor hacerlo a menudo, más que nada, una vocación, un placer y un objetivo. Gracias, precioso tu comentario.