Atrás en el tiempo




La nave experimental TX4PHARAON regresaba a casa.

La Tierra esperaba ansiosa. La nave era maniobrada desde la base terrestre. Su único ocupante era Víctor Tahona, 31, huérfano de padre, soltero, curioso, testarudo, optimista, astuto, tranquilo, kamikace y el único voluntario disponible.

Su madre le esperaba en la torre de control, con esperanza, con miedo, con un nudo en el estómago, apretando tanto la mano de su hermana que casi le hacia daño.

El aterrizaje fue perfecto, aunque algo más aparatoso de lo esperado. En vano intentaron comunicarse con Víctor. No había respuesta . La madre hincó las uñas en la mano que la confortaba.

Por fin se abrieron las compuertas. Nadie salía. Y la madre lloró un llanto amargo y profundo. Su hijo, loco, temerario, muerto. Su hermana la abrazó fuerte y sólo dijo “Espera”.

Por fin una cuadrilla de soldados armados y protegidos con los trajes especiales, se aventuró al interior de la nave.



Una hora más de espera sin consuelo, porque no hay mayor tortura que no saber, salen los soldados, uno con un niño pequeño en brazos.



Protocolos, desconcierto y ajetreo mientras el corazón de la madre se volvía loco.



Por fin llevaron al niño a su lado y al verla el niño dijo simplemente “mamá”. Ella supo, como sólo una madre puede saber, que era su hijo. Los científicos se llevaban las manos a la cabeza, comenzaron a balbucear teorías, experimentos y verdades inamovibles tales como que no se podía viajar atrás en el tiempo.


Madre e hijo se abrazaron, reconociéndose a través del tiempo. y salió con él en brazos. no permitió más experimentos, ni más teorías, ni más verdades, ni más preguntas, era Victor Tahona, su hijo. Y a los científicos ni caso. Ambos sabían quienes eran.






1 Response to "Atrás en el tiempo"

  1. Anónimo Says:

    Qué bueno saber quién es uno, grande o pequeño... Muy bueno

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