Sonata nº 3 de Rachmaninov para sordos.

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Este es un humilde homenaje a la sonata nº 3 del maestro Rachmaninov.



Así... Despacito...

Vamos andando andante

Te espero. Anhelo

Pero ansío

Se que vas a explotar

Se que debo esperar.

Dame... Dame... Dame un poco más...

Así...

Despacio

Espero ansío temo....

Son teclas de cristal

Y son tus dedos de fuego.

Al piano

¡PIANISTA¡

Te espero.

Paciencia, me digo... Que llega, que llega...

¡Y NO LLEGA!

¡OH! ¡Cuánto te odio!

¡Cuánto te deseo!

Brutal sinfonía de nada.

Subo el volumen.

Ahora el chelo preludia el qué sé yo que dirás.

Es cadencioso, me calma, me calma... Paz... Tranquila hermana... Va a llegar…

¿Y qué es eso? ¿Cosquillas al violín?

Ahora que estaba en paz

¡Otras dos terribles teclas de cristal!

¡Venga! ¡Venga ese piano ya!

Se vuelve misionero de su rezo.

Yo lo espero.

Me da miedo.

Es la poesía que domina al tiempo

Lo hace suyo

Y mi latido obedece tu tempo...

Empiezas a volverte loco

¡AH SÍ! RACHMANINOV.

...así, Rachmaninov...

¡Vuélvete loco!

¡No tengas miedo!

Destruye estas teclas

Con tus dedos de fuego.

¡EXPERTO!

¿Ahora jugueteas?

¿Me haces cosquillas?

Pero... ¿Qué esperas?

¿¡Por qué que me haces esto!?

Déjame dibujar tu música...

¡Medio minuto y seré muerta de un teclazo!

...Espero aguardo y callo...

Violín adentro y...

Tin tin tin tin

Ahí le has dado.

Ya ha pasado.

Muy bien, así, despacio...

Dámelo todo, así despacio...

Despacio...

Ahora encriptado

Lo entiendo, es lógico

Bien...

¡CAOS!

Graves, fuego, trompetas

Y danzas de fuego y hambre

¿Dónde?

¡DONDE LA TIERRA NO TIENE NOMBRE!

Ah sí... Ahora... sí, sí, sí, tin, tin, tin ¡TÚ! ¡TÚ! ¡TÚ! ¡TÚ!

¡TACHÁN!

¡YAAAAAAAAA!

Tu desesperación se hace palabras locas y ajetreadas. Mi corazón se acelera, mis ojos se cierran Tus brujas susurran a lo lejos de la melodía ¡Cómo sabes...! ¡Cómo sabes lo que haces!

Y volvemos al principio... A la cadencia anhelante...

Lo has dado todo.

Ya estoy de nuevo en el abismo.

Espero...

A Leo

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Por aquellos días, aun recuerdo
Andaba yo muy asustada.
Y no solamente andaba
También comía bebía y hasta amaba
(Un imposible)
Aterrada.

Llegué a ti por el dictamen de la desesperación
Tan íntima amiga del miedo.

Y tú, Leo, nombre de león
Me bautizaste
Dijiste:

” Tú eres un fresno en medio de pinos…
No pasa nada, cuando es primavera,
Floreces. Y los pinos siempre permanecen verdes…
Pero en primavera, tú, floreces”

Bella manera tuviste de llamarme distinta.
Ha habido tantas…

La más sincera sin duda “rara”
Estaba también la diplomática, “especial”
La cegada “genial”
La condescendiente… “diferente”
La de mi madre “más que un perro verde”
La de mi padre…”simplemente tú”
Seguidores me dicen “excéntrica”
Yo me digo kassandra
Siendo como soy de nombre Ana.

Pero tú me definiste Leo.
No me pusiste un vago adjetivo,
Tú, me llamaste fresno.

Y Leo… sí… soy un fresno
En medio de pinos.

Gracias a Dios, porque los pinos no huelen lo bien que huelen los pinos al calor.
Porque los pinos no ven sus cabezas erguirse tan altas para encontrar al sol.
Porque los pinos dan piñones tan normales,
Y sólo yo los encuentro esenciales.
Porque florezco en primavera y me pelo en el otoño
Para preparar mejor mi tierra.
Porque sigo el dictamen de mi naturaleza
El único dictamen, el del viejo sol.

Porque mi padre siempre tuvo razón

Bello matiz querido Leo.
Para mí eres otro fresno rodeado de pinos…
A ti te tienen miedo.

Normal… siendo tú un genio. (y yo a tu lado, un ciego)
Pero de fresno a fresno
Algo que sólo los fresnos entendemos
Que los pinos que lean esto
...si es que hay pinos que lean esto…
Sepan que los fresnos somos amigos de los pinos.
En nuestra pequeña estatura mostramos el camino de sus raíces en el suelo
Y en nuestro olor singular pretendemos demostrar
Que nosotros no olemos tan mal…
Entre nosotros nos entendemos tan pronto
Que ni hablar hacemos.
¿Para qué?
Sí lo sabemos todo…
Hablaremos a los pinos
Como siempre…
Para algún día…si Dios quiere… ser sus amigos.

Si no los fresnos tenemos un dicho:
“ellos se lo pierden” decimos entre amigos.
Pero nosotros no nos perdemos a los pinos!
¡Seáis pues bienvenidos!

Animales

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Como dos animales nos enredamos sin prejuicios
Ni juicio.
Un río lento de humedades.
Manos atragantadas y torpes me buscaban,
Y así yo, desnuda en cuerpo y alma
Me dejaba...

Más adelante mi fiera escondida
Gruñó y saltó sobre ti.

Todo lo demás quedó borroso.

Poco recuerdo del viaje al espacio .

No sé si quizá hubo o no un beso
Si sé me paró el corazón
O sólo la razón
Pero en el acto de amar
Como animal, sin más,
Quedó patente la gloria divina
De tus ojos negros mirando a los míos
Que se cerraron, por ver, amado, más de cerca el firmamento
Al que tantas veces me has lanzado,
sin juicio,
sin prejuicio y de la mano.

Cinco

4 comentarios
Sólo tener vergüenza debería dar vergüenza.
Sólo tener miedo debería dar miedo.
Sólo el amor tiene sentido.
Sólo tú eres tú mismo.