¡Arded dedos! ¡Arded!
Yo os lo ordeno
Arded de fuego.
Arded de ganas, de caos de lujuria y tiento…
Arded!
Romped el color.
Destruid la paleta.
No escuchéis a la razón.
Escucha al vientre animal.
Escucha al corazón ardiente.
Mente, calla
Calla ya y pinta hasta destrozar el lienzo.
Hasta vagar…
Harta perderte…
Hasta encontrarte…
Hasta reír…
Hasta morir…
Hasta matar…
Y luego, bestia mía, libidinosa y tremenda
después,
Con chispas en los ojos lujuriosos
Y hierro fundido en el vientre perfecto
mira tu obra.
Y entonces, sólo entonces, enciéndete un cigarro
y ponte entera y eterna a otra cosa…
16 de noviembre de 2010, 11:35
Lo del cigarro me ha hecho mucha gracia! No sé pintar, calle mi mente o no... pero tiene que ser un gustazo!
16 de noviembre de 2010, 12:59
Crear siempre es un placer, sea lo que sea.
Me encanta el verso de Alberti "el inédito asombro de crear" no creo que se pueda definir mejor...
Gracias...
19 de noviembre de 2010, 9:47
che... me gustó como se recrea en el afán creador del pintor... en ese tremendo dejar salir la bestia que lleva dentro
(.)
23 de noviembre de 2010, 10:25
pura furia de artista