Hoy es el vicio nena
Hoy es el vicio
El que me llama a entre tus piernas…
Hoy me posee la bestia
Te sigo…
Te husmeo
¿Donde andas?
No importa… soy un guerrero, un cazador, gano la presa y cuelgo mi trofeo junto a mi halcón
Tu melena atada a mis manos,
Es mi deseo y mando yo.
Te voy a cazar.
Paseo… todo entero de cuero y cazador
Ummm
Creo que ya te huelo,
¡Ahí! Junto al río inocente te lavas…
Créeme, que yo no tengo nada de bueno…
Vas a ver lo que es la tierra
Te voy a llevar de viaje a ella
Porque el mundo está donde mis manos agarran tu melena.
En tu lamento y movimiento
Te hago perra
Y por alguna razón
Me buscas
Y ya no piensas nena
Ya no pienses nena
Ya no pienso nena
Sólo somos dos dioses tumbados en la hierba abrazados rodeados del mundo
Y has aprendido
Que haciéndote la guerra yo
Nena, me has hecho el amor.
Hoy es el vicio
El que me llama a entre tus piernas…
Hoy me posee la bestia
Te sigo…
Te husmeo
¿Donde andas?
No importa… soy un guerrero, un cazador, gano la presa y cuelgo mi trofeo junto a mi halcón
Tu melena atada a mis manos,
Es mi deseo y mando yo.
Te voy a cazar.
Paseo… todo entero de cuero y cazador
Ummm
Creo que ya te huelo,
¡Ahí! Junto al río inocente te lavas…
Créeme, que yo no tengo nada de bueno…
Vas a ver lo que es la tierra
Te voy a llevar de viaje a ella
Porque el mundo está donde mis manos agarran tu melena.
En tu lamento y movimiento
Te hago perra
Y por alguna razón
Me buscas
Y ya no piensas nena
Ya no pienses nena
Ya no pienso nena
Sólo somos dos dioses tumbados en la hierba abrazados rodeados del mundo
Y has aprendido
Que haciéndote la guerra yo
Nena, me has hecho el amor.
13 de diciembre de 2010, 12:01
Comentario erótico a poesía erótica.
Se desnudó mientras él seguía acariciándola y besándola por todas las partes y le desnudo a él, ya sin ningún pudor. Besó ávidamente sus labios y su pecho y le hizo echarse desnudo junto a ella sobre la hierba. Le acarició el vientre y los muslos, le besó cada vez más apasionadamente hasta desencadenar su más ardiente deseo. Él la dobló debajo de sí y la poseyó con todas sus fuerzas, como si fuese la última vez que gozaba de su cuerpo y de su amor, y vio los ojos de ella iluminarse, su rostro trasfigurarse en un placer cada vez más intenso y conmovedor, sintió sus manos y sus uñas hundirse en los hombros y en la espalda y la oyó finalmente gritar en el delirio del placer sin límites ni ataduras, aquel que sólo los dioses pueden conceder a los mortales.
31 de diciembre de 2010, 9:29
Gran poema,¿me enseñas a ser guerrero?
31 de diciembre de 2010, 10:40
Busca en tus tripas, y destapa tu cara anónimo.
No a mí, a ella.
4 de enero de 2011, 1:35
ME ENCANTAAAAAAAAA